Se detectó la presencia de osos pardos en la zona de alineación o exclusión (radio de 30 kilómetros al rededor del epicentro del accidente de Chernóbil) a finales de noviembre del 2014. Lo interesante es que esta especie no habitaba esta zona en al menos 100 años.
Otros mamíferos como jabalíes, lobos, castores y bisontes también han migrado a esta zona. Para analizar los efectos de la radiación en las poblaciones, Bielorrusia creó la Reserva Radioecológica de Polesia, teniendo como hipótesis principal que los grandes mamíferos desaparecerían.
Fuente: elpais
A pesar de ésta hipótesis, la naturaleza y el paso de los años dieron un resultado distinto, en donde los animales, principalmente los lobos se han extendido por toda la región y cada vez son más.
Jim Smith, líder del estudio publicado en Current Biology, menciona “nuestro trabajo muestra que, a pesar de los posibles efectos de la radiación en animales individuales, no se puede detectar un efecto sobre las poblaciones de mamíferos”. Por esta razón la radiación no sería un factor esencial en las poblaciones de mamíferos como sí lo es la presencia humana.
La región que parece estar “muerta” tiene más fauna de lo que se creía y responde totalmente a cómo los asentamientos se relacionan con el entorno.
Realizado por Mary Mendoza
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